EIT Food (Instituto Europeo de
Innovación y Tecnología para la Alimentación) es un instituto apoyado por la
UE, que trabaja en proyectos que tienen el cometido de hacer que el sistema
alimentario sea más sostenible, saludable y confiable. Recientemente han
realizado una investigación en el marco del proyecto Health Claims Unpacked,
una iniciativa cuya finalidad es crear un conjunto de herramientas digitales
para mejorar la comunicación de declaraciones de propiedades saludables.
Según los resultados de este
trabajo en el que se ha analizado cómo responden los consumidores al modo en el
que se presentan las declaraciones de propiedades saludables en los envases
alimentarios, como la redacción, el lugar en el que se coloca la información en
el envase, el uso de símbolos, etc., los consumidores europeos no siempre
comprenden las declaraciones de propiedades saludables de los alimentos.
Los expertos han comprobado que
la comunicación de propiedades saludables de un modo comprensible para los
consumidores y que además cumpla con las regulaciones comunitarias, es todo un
desafío en base a las diferencias culturales, el idioma, las regulaciones y las
distintas políticas de cada país comunitario. Los consumidores de todos los
países comunitarios consideran que las redacciones eran confusas, aunque
dependiendo del país las interpretaciones son diferentes y pueden llegar a
malinterpretarse.
Un problema que se señala es la
traducción de las declaraciones de propiedades saludables a diferentes idiomas,
lo que obliga a adaptar las afirmaciones a cada país y no usar el mismo
enunciado, pero si ciertas palabras. Por ejemplo, no es lo mismo decir ‘el agua
de coco es una fuente de potasio’, o ‘el potasio contribuye al funcionamiento
normal de los músculos’.
Los investigadores argumentan que
la forma en que están redactadas las declaraciones autorizadas y las
diferencias en cómo se aplica la regulación en los distintos países, hace que
muchas empresas alimentarias se muestren reacias a utilizar declaraciones de
propiedades saludables, por lo que la consecuencia es que los consumidores
reciben menos información sobre el valor nutricional de los alimentos que
adquieren.
Parece que es necesario adaptar
las descriptivas a cada idioma y país a fin de que sean perfectamente
comprensibles.
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